Historia y evolución del audífono
¿Cómo surgió y cómo eran los primeros audífonos?
Hoy en día cuando pensamos en audífonos nos vienen inmediatamente imágenes de pequeñitos aparatos fácilmente adaptables al oído, que permiten con eficacia recuperar la capacidad auditiva. Pero no siempre fueron así.
Los problemas de audición han aparecido siempre a lo largo de la historia del ser humano, trayendo consigo múltiples inventos por ofrecer una solución a estos, desde cuernos de animales u hojas de plantas para aumentar el sonido, hasta los modernos audífonos digitales que todos conocemos.
¿Cómo comenzó la evolución del audífono?
Existen infinidad de textos y relatos en los que se mencionan aparatos empleados para mejorar la audición, no obstante, no se tiene constancia física de ello hasta el Renacimiento.
En el siglo XV un investigador en una competición para ver quién diseñaba la trompeta más potente, descubrió que usando esta al revés los sonidos a una cierta distancia aumentaban.
Así surgió la idea de utilizar este método que pasaría a llamarse trompeta o trompetilla para sordos, un instrumento que se usaría durante tres siglos.
No obstante, estéticamente llamaban mucho la atención por lo que se empezaron a demandar distintos materiales, tamaños y diseños que se camuflaran entre la vestimenta, el cabello, simulando ser joyas, bastones, etc.
Tomaron formas tan diversas como jarrones decorativos o incluso sillones.
El salto de la trompetilla al primer audífono, fue fruto de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono.
Creó un dispositivo electromagnético que convertía los impulsos eléctricos en sonidos medianamente definidos. Diez años más tarde, en 1886, Edison invententaría el micrófono de gránulos de carbón, mejorando la calidad y amplitud de sonido.
A finales del siglo XIX, se patentaron los primeros audífonos eléctricos, tan aparatosos que debían colocarse encima de una mesa y con una batería que no llegaba ni a las dos horas de duración.
Un poco más tarde, en 1902, aparecían diseños algo más ligeros pero el micrófono debía llevarse en la mano y las baterías y el amplificador debían colgarse alrededor del cuello, por lo que seguía resultando bastante incómodo.
El año 1948 fue un gran paso en la evolución del audífono con la invención del transistor, mejorando la calidad del sonido y disminuyendo progresivamente el tamaño de estos aparatos.
En 1954 se introdujo el primer audífono en lo que conocemos como audigafa, es decir, el audífono va integrado en las patillas de esta.
En un comienzo este tipo de audífonos fue un gran éxito, pero con la invención en 1958 de los circuitos integrados dio paso a los retro auriculares, vigentes hasta la actualidad.
Así, la evolución del audífono fue cada vez mayor, pasando en 1960 a contar con regulador de volumen y de 1960 a 1980 empiezan a ser colocados dentro del conducto auditivo.
Ya en los 80’ se fabricaron los primeros audífonos digitales revolucionando el mercado de las prótesis auditivas con una calidad ascendente, con materiales más cómodos y ligeros y siendo más estéticos cada vez.
Poco a poco los audífonos digitales fueron sometiéndose a procesos de mejora, hasta llegar a los modelos que manejamos actualmente, discretos, adaptables, cómodos y con una gran ampliación y correción del sonido, llegando a obtener resultados realmente increíbles.
En C.E.A estamos al tanto de las últimas tecnologías, os invitamos a conocer nuestra gran variedad de audífonos que supondrán un antes y un después en tu vida.